CONSTRUCCIONES EN EL CAMPO
En otros apuntes dije que la repoblación del lugar se había realizado por el sistema administrativo medieval de Tierra y Villa: consistente en que desde el pueblo de cabecera, la villa, se organizaban las aldeas y se daban solares para vivienda con corral y casillos, terrenos para el cultivo, huertos de cultivo y cotos comuneros de leña, pastos y piedra.Blacos ha sido siempre un lugar eminentemente ganadero y en menor medida agrícola. El pastoreo de ganado de ovejas y cabras era un ingreso más seguro que el cultivo agrícola, que se malograba por los pedriscos, las heladas y las sequías.
Es por ello que en el término de aprovechamiento de la aldea se construyó muchas parideras y corrales. A medida que aumentó la población aumentaron los rebaños y las tainadas para estabular.Los arreñales se concentraban en las cercanías del pueblo y se hacían principalmente para proteger los sembrados de los ganados. En ellos se cultivaba productos variados: leguminosas, hortalizas, etc. Muchos arreñales se hicieron por otros motivos como ya se verá.Muchos arreñales, tainadas, colmenares, etc. están sobre terrenos de propios del municipio. Esto solo se pudo hacer porque los concejos lo permitieron. Después estos predios serían privativos al trasmitirse a los herederos. Otras construcciones están dentro de fincas o suertes (fincas de reparto que hizo el Concejo o el Ayuntamiento) que se vendían o se cedían a los particulares con su derecho de paso o servidumbre. Los orígenes de las fincas es muy complicado de saber (1) La posesión del terreno lo explicaré en otros apuntes porque es muy interesante.Quiero destacar que 1888, según el IGE (Instituto Geográfico y Estadístico) había fuera del núcleo urbano 39 edificios, que son muchos edificios para un pueblo tan pequeño. (2)El límite temporal de las descripciones de estos apuntes es ”la concentración parcelaria” de 1964.
1. LAS CERRADASEn Blacos los términos corrales, arreñales y cerradas son términos no muy claros. Los arreñales son cercados para proteger los frutos de los animales, pero también son recintos de guardar el ganado. Estas construcciones limitativas se solían hacer de piedra, si las había cerca, y de barda trenzada con estacas de enebro o sabina, que era una madera perdurable.La toponimia del lugar nos indica la existencia de lugares donde hubo estas contrucciones: “Prado Cerrado”, “Cerrada del Alantado”, “las Cerradas”, (que estaban bajo el pueblo, cerca de los huertos del Pozo Marisán).Las cerradas abundaban en las cercanías del pueblo: los Arreñales del Molino (el molino tenia una buena cercada), las del camino de los Prados, las del camino de la Mercaderada, las de la Carrera (principal camino del pueblo que iba a la carretera) que acababa en la cerrada de la Venta (que fue María Maza), todo continuo hasta que se hizo la carretera.Famoso fue el arreñal del Santísimo que hacia esquina entre la Carrera y el camino de los Prados, que era de pan llevar, y que en los data de fábrica de la Iglesia (gastos) era frecuentes los pagos de su reparación. El huerto que había entre el puente y la cerrada del Santísimo también fue de la Iglesia. (3)Arreñales hubo en la de la Lagunilla, la de Palo Santo, que sé de su existencia pero no de su localización, en la fuente Malcristiano, en las Puentezuelas ( entre la fuente Malcristiano y el camino de la Villa); cerradas había en la parte somera de la Dehesa, en las Rozas, en el límite del Carrascal con las Rozas, en el Carrascal en diferentes lugares, en el camino de la Villa, en el camino Abioncillo, en el Portillo, bajo el Santo, en los Linares, en los Majanos, … Arreñales cercanas al pueblo estaban al sur de Peallano (sobre las Adoberas y algunas de ellas cerraban colmenares)¸ en el Camino de la Torre hubo varias cerradas para colmenares y leñeras.
2. LOS COLMENARES.
Las colmenas ha sido un recurso económico frecuente de la economía de subsistencia del pueblo. El terreno ofrece pasto muy rico para las abejas como el tomillo, el romero, el espliego, etc.
Había dos tipos de colmenares: los de edificio, que se llaman de horno horno y las colmenas móviles, que solían hacerse en troncos de árbol huecos o en cestos trullado (revocado) de barro y paja. Los colmenares de horno eran un edificio, pequeño al que se accedía a un pasillo donde había dos o tres filas de nichos hechos caja de madera o de obra, que tenían una puertecita de acceso para sacar los panales. Cada nicho, en la parte exterior, tenía un agujero al que llamamos piquera y bajo este agujero había un trozo de teja o lancha de piedra para que se posasen las abejas. He conocido dos de este tipo: uno en la Venta y otro mucha más antiguo, más grande y de más calidad, con buen cercado de piedra, en el camino de la villa, en las solanas hacia el Prado Cerrado, colmenar que 1860 pertenecía a María Candelas de Calatañazor y ahora propiedad de varias familias (4) La tía Pepa (Josefa Martín) tenía un colmenar junto a su casa en el mismo pueblo.
Las colmenas de cubo o tronco eran móviles per solían permanecer en cercados de piedra con remate de teja o de barro y barda, (pero también los había de seto de trenzado de barda Se hacían tanto para proteger de los animales salvajes y para proteger a las personas de las abejas. Los troncos huecos se tapaban con una losa grande de piedra o de barro cocido. Se colocaba en el suelo sobre piedras para que no se pudriera la madera. Un cubo de madera de sabina de mi abuelo Cándido, se llevó de muestra a la Feria del Campo que se hacía en Madrid.
Los colmenares solían tener árboles grandes o arbustos naturales y en otros como el de las adoberas eran de olmos plantados.
Actualmente quedan dos colmenares con caseta almacén y cercado de barda, todo ruinoso. Son los colmenares de Liborio Pérez y Marcelino Gonzalo, pero están en ruina.
Colmenares ha habido en Las Adoberas, en el Hoyo Colmenar, en las Laderas del Cerro, al ábrego y en otros lugares. Veamos algunos de otras épocas:
Pedro de Alcón, hacia 1597, tenía un colmenar en finca del Cerrillo del Colmenar, en el Carrascal (termino conjunto de Blacos y Calatañazor)
Francisco de las Cuevas, cura entre 1661 y 1698, dejó en su testamento un colmenar con la mitad de colmenas para el “Hospital de niños expósitos del Burgo” que su administrador vendió posteriormente por 2.215 reales.
Pedro Ximénez, cura entre 1700 y 1730, también tenía colmenas, pues en su memoria deja dos colmenas, que valían 57 reales.
También se habla de un colmenar de Juan Moreno, sin saber la localización, sabiendo que era en la raya entre Blacos y Calatañazor, en 1771.
El cura Manuel Gil que estuvo entre 1730 y 1763, tenía 112 colmenas (5)
Francisca Valverde (+1752) en su testamento creó un aniversario sobre un colmenar que tenía suyo, bajo el de Manuel de Sancho, cerrado de piedra todo y bardado, linda por el regañón con el colmenar de Juan Pérez, mano derecha al solano con el colmenar de Pedro Pérez y por el Abrego las terradas del mayorazgo de Cogollos, y por el cierzo el camino que va a la Torre.
Como vemos durante el siglo XVIII hubo varios colmenares y seguramente también parecido en siglos anteriores.
3 LAS TAINAS
Tainas, tainadas, parideras, apriscos, son términos que se emplean para denominar a estos edificios dispersos por el campo que se utilizaban para guardar el ganado. Había muchas porque había muchos rebaños, casi todos pequeños. Veamos algunas que fueron y otras que perduran.
En 1878, en el camino de Abioncillo estaba la majada del Carro. Pedro Sancho (alcalde jurado) y ante el corregidor de Soria tomó ahí posesión del Carrascal tras la sentencia de Chancillería de Valladolid contra el concejo de Calatañazor.
Pero había muchas más: en la ladera de Vallejo Carrascal, en la vaguada del mismo lugar había otras tres, otra cerca del camino de Carnebrada en la ladera del Carrascal, la del Tío Miguel; en La Cantera otra y siete más en Las Rozas.
En el de Boletín de Ventas de Bienes Nacionales de las desamortizaciones dice del paraje de monte que va desde Cerrostejos a los Linares hay 28 majadas que hay que respetar. En el monte Carrascal dice que hay cinco que también hay que respetar con sus servidumbres.
Majadas hay (o había) en Los Linares: en el Salinar había dos con sus rasos; en los Majanos una abajo y otra a media ladera; en la Honguera dos con sus cerradas, y más abajo junto al arroyo otras dos; en las Laderas del Santo, una al este y otras dos al oeste; otras dos donde se separan los caminos que rodean el Cerro del Santo.
En la Cuesta del Tío Verde había tres con cerradas de seto, en el llano, arriba, había dos y en La Charca, la del Tío Isidro; en la ladera, la del Tío Benito y la del Tío Fulgencio, que eran de adobe.
En las laderas de las Calzadas, la de Federico y otras dos más ( que tenían cerrada detrás y raso delante), la del Tío José, en la fuente Culebrera, que eran de Andrés Pérez y del Tío Marcelo; en el camino de Las Calzadas la que hizo mi padre y mi tío en 1958, que creo que fue la última construida sobre una suerte de la tía Bernardina; la de Valdeladehesa que perteneció a Teodoro Romero.
También existe un lugar llamado Majadilla Estepar, por lo que en tiempos es probable que hubiera una taina.
Modelos de estas construcciones:
Había variedad de tipos de tainas. Quizás las más completas eran las que tenían cubierto (lo tejado) y el raso, que era el corral que tenían frente a la puerta. Había majadas agrupadas, bajo una misma cubierta, individuales, separadas por muros de piedra, o trenzado de barda, algunas con puertas al testero, y otras a los lados largos, las había a dos aguas, cuatro aguas, en chaflán, etc.
La unidad básica de la construcción son dos postes y una viga (un pórtico). Sobre estas se suelen poner enanos (postes pequeños) que llegan hasta la viga de caballete. Se hacían crujías o tramadas añadiendo a la nave principal. Si la primera pared de la nave era baja, la crujía era más corta, siempre siguiendo la inclinación del tejado, y llegando a veces hasta tener la tainada solo un metro de altura. Muchas tainadas para reforzar la techumbre añadían tornapuntas, o pequeños postes que a veces servía para que no pandeara el tejado.
La distribución o ampliación e las tainadas muchas veces eran orgánicas, según necesidad y muchas veces son repartos de herencias.
Las cubiertas eran de ripio, costeras, con una capa de paja para asentar la teja y aislarla del frio. Antiguamente se hacían de támaras (leña fina) y paja. La cubierta era de teja vana, a veces con algún agua de “cobinas” (tapas les llamamos en Blacos)
- La Casa Vieja. que da nombre a todo el paraje. Colocada en el camino llamado de la Senda de la Casa, era como su nombre indica un lugar de refugio para pastores y labradores con sus yuntas, para caminantes, para los rebaños para refugiarse de los nublados y otras inclemencias del tiempo. Desgraciadamente se escombró no hace mucho tiempo.
- Hubo en tiempos otra casa de acogida en los Valdeaviones, en el camino que llevaba a la Granja de Torreblacos, junto a la Cañadilla, que se llamaba la “Majara Grande” y todavía se ve el ripio blanquecino que marca el solar donde se asentaba
- El pobrero, que estaba en el camino de la Torre. Se hizo para liberar a los vecinos de darles cobijos, por adra, en sus viviendas y pajares. Se les evitaba porque solían tener parásitos, y porque algunos tenían problemas psiquiátricos y tenían conductas raras. El Ayuntamiento tenía la obligación de tener leña para que se calentase. El camino de la torre a la Villa era el más frecuentado y en el camino d la villa esta la fuente de los Pobres.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ NOTAS ACLARATORIAS
(1) En el siglo XVI era común cerrar terrenos al que llamaban adelantamientos. En Blacos hay una cerrada, cerca del Mojón de Ayuso, que llamamos el Adelantado, que por cierto fue de mi familia. Era cerramiento de piedra y barda. En este siglo también se solicitaba tierra de cultivo para la supervivencia, para huérfanos, viudas, etc.Se acusaba Luisa de Padilla, señora de Calatañazor, por el concejo de Blacos, que daba terreno a quien le parecía y donde le parecía por la fuerza y sin control. En el siglo XVIII se permitió romper tierra cuya propiedad se mantenía mientras se cultivase, en los terrenos baldíos que se suponen que eran de la corona.
En Tiempos de Fernando VII se vendieron en algunos lugares, desconociendo si ocurrió aquí a gente que tenía yunta y no tenía propiedades. Esto los concejos debían declararlo y no siempre se hacía. En 1834 se da instrucciones a los Ayuntamientos. enajenar por venta terrenos de propios o por censos. Reinando Isabel II, se regularizaron las propiedades. Estos repartos se hacían por sorteo y por ello a las fincas se les llamaba “suertes”, Este nombre también se daba a los terrenos comprados de las desamortizaciones. En el siglo 18 se ceden tierras En época de Carlos III se repartieron entre los vecinos tierras concejiles y baldíos por Real provisiones de 1766 y 1767 para fomentar el gremio de los labradores.
en vísperas de las desamortización se regularizaron las propiedades de los poseedores de terrenos baldíos, de propios, comunes, arbitrios, realengos, repartidos con anterioridad y roturaciones arbitrarias, de los mismos.
(2)
Edificios dispersos de Blacos
(1888) Nomenclátor del Instituto Geográfico y Estadístico (Biblioteca Nacional)
Edificios 1 pisos
Edificios 2 pisos
Albergues, chozas, …
Total edificios
5
1
33
39
(3) Maria Belchi (+1672) deja huerto pegado al puente, en el Molino Bajero, lindando a la parte de arriba con un arreñal de Santísimo Sacramento.
(4) Consideramos que este colmenar perteneció también a Blacos puesto que el Carrascal perteneció a ambos municipios hasta que se hicieron los apeos de ambos términos. Ahora pertenece entre otros a descendientes de Tomasa Pérez y familia de Pérez Marín.
(5) Dato sacado de las “respuestas generales del Interrogatorio Marques de la Ensenada” e 1751. Manuel Gil, cura e Blacos y La Torre, era de La Horra (Burgos), entonces pertenecía a la diócesis de Osma. También tenía un macho y cinco cerdos.
ALBUM DE CERRADAS, TAINAS Y COMENARES
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Serafin Pérez Garcia
serafin.perez.2014@gmail.com
Blacos a 17 de enero de 2023