LAS CASAS DE LOS CURAS

 














Apunte nº 41

Las casas de los curas en Blacos

La casa morada que fue vivienda del cura está situada en la Plaza Mayor,  en un  lugar privilegiado cercano a la iglesia. Pero  podemos afirmar que en la plaza en realidad  hubo dos casas de curas. La que conocemos como tal (hoy propiedad de Concepción Vinuesa) y que fue casa rectoral,  y la que está a su derecha (Propiedad de Miguel Ángel Pérez). Aunque es mi creencia de que en el siglo XVII todas  las casas de soportales fueran de la misma familia.

Si hablamos de las casas de los curas es inevitable hablar de sus moradores a pesar de la poca información que tenemos.

No sabemos en qué época  se construyeron las casas moradas de los curas, ni quienes fueron sus primeros propietarios. Ya comenté en otros apuntes que las primeras construcciones del pueblo  se realizaron   en torno a un ejido, que después se convirtió en plaza. La   mayoría disponían  de corral al levante y al cierzo. Las  casas con soportales probablemente tuvieran un pequeño corral delante, al ábrego,  y  posiblemente los  soportales son  un agrandamiento de las casas, sobre sus propios corrales. También tenían corral detrás, al cierzo, donde los curas tenían sus animales, la mula o un caballo, tanto de carga como de labor, algunas ovejas y los cerdos matanceros.  Las dos casas eran de construcción tradicional, con sus chimeneas cónicas, en el centro del habitáculo. 

 


Tenemos indicios de que todas las casas que miran a levante, que eran cuatro, fueran en el siglo XVI de  la familia de María García y Gonzalo Blanco bien  por herencia, bien por compra.

María y Gonzalo tuvieron un hijo con dineros suficientes para comprar, al que llamado Pedro, como  el nombre del santo del altar mayor de la iglesia que se colocó por esa época. De los demás hijos de este matrimonio desconocemos sus nombres, aunque sería factible encontrarlos.

“En dos días del mes de marzo de mil seiscientos y uno, yo Blas Ruiz, vicario de este lugar de Blacos, Bautizé a un hijo de Gonzalo Blanco y Maria Garcia, su mujer vezs (vecinos) de dicho lugar, fue su padrino Juan Blanco = y llamose Pedro, por verdad que yo Blas Ruiz lo bautiza, lo firmo utt supra =1601”

Pedro Blanco García cursó estudios (no sabemos dónde), y llegó a ser maestreescuela y adjutor de la catedral de Osma, que fue dignidad, y  esto lo sabemos por su amplio testamento que depuso a su muerte el 22 de julio de 1654. (1) Era poseedor de muchos bienes raíces y censos, con lo que constituyó aniversarios y con los rendimientos mandaba misas por sus padres y por su alma (25.000 misas) y ayudas para estudiantes y para casar doncellas huérfanas. En su testamento dice que posee casas, que posiblemente algunas fueran heredara de sus padres:

“mando a Juan García y su mujer María Ibañez, sus descendientes y otros llamados cassas y heredades de pan llevar liegos y labradas y por labrar del lugar de Blacos”

También dejó  un censo de 600 ducados de principal a Martín Ranz  y a Ana Martínez su mujer, vecinos de Blacos, que lo hizo en 1635,  ante Juan de la Monja, escribano de Calatañazor. (2) Con este censo, entre otros bienes, compraron la casa a regañón de la del curato que era de la madre de Pedro Blanco. (3) .Al morir estos dejaron un testamento mancomunado y entre otras cosas,

“Dejaron y Mandaron con su testamento una casa en la plaza  con corral  con un censo de heredad  de 400 ducados del licenciado Pedro Blanco” 

Las dos casas en hita, al levante, recayeron en los familiares de María García. Y es probable que en una de ellas viviera otro cura de la familia, también llamado Pedro: Pedro Casado Blanco (1927-+1961)

El primer cura que conocemos  que vivió en la casa curato  fue  el Bachiller Francisco de las Cuevas (1661- +1689). Este cura nació en Almazul y está enterrado en Blacos (4) Lo más  probable es que comprase la casa a los descendientes de D. Pedro Blanco, porque al morir era propietario de la casa, ya que

 “Manda la casa en que que vivía, con carga de 12 aniversarios, para doce misas rezadas por su alma, y dando un cuartillo al sacristán en cada misa. Y si el vicario no lo hiciere la casa se venda y la mitad se dé para dorar  el retablo de la Torre y la otra mitad  a la Fábrica del lugar de Blacos,  y a los pobres de Blacos y la Torre con equidad”.

A partir de aquí la casa es rectoral y la utilizaron los curas  de morada con carga  de  misas,“aeternum”. Francisco de la Cuevas tenía bastante patrimonio en Almazul, donde dejó memoria para su hospital y en Blacos dejó en el testamento una fundación con sus 45 heredades. Pero Francisco era mal gestor de lo ajeno y administró mal los bienes de la iglesia. (5).

No tenemos  más información de esta casa y sus vecinas hasta los apeos que se realizaron en el siglo XVIII, que  nos procura bastante información:

a) De la vicaría y curato del lugar de Blacos y la Torre para hacer el inventario de 1717:

“Casa Morada, en la Plaza,  solano herederos de Diego García, ábrego plaza, regañón Francisco de Boos y el corral que tiene otra casa. Cierzo, al corral de dicha casa, ya la calle real que sale  hacia la casa de Francisco Esteban y linda al corral de Juan de las Cuevas, hacia el solano”.

b) Del “Apeo y amojonamiento de todos los Vienes Raices que tiene La Bicaría y Curato de este lugar de Blacos” en 1735

“…. Apearon y amoxonaron una casa Morada que está donde dizen la Plaza mayor de dicho lugar que linda por Solano con Juan García apeador vecino de dicho lugar  y otra casa del curato y vicaría tiene un cuarto dentro de la casa de otro juan García que el suelo bajero  es de dicha vicaría que llaman la fregaduría  y el vuelo de dicho cuarto  es de el otro Juan García en cuanto alinda a la casa con calle Real  por Abrego la Plaza Mayor por regañon casa de Fco Manrique  y pajar de Diego Blanco  vecino de Latorre de Blacos  y posesión de Juan Ropero vecino del lugar de Blacos” ( Juez: tenente cura Felipe Nafría)S”     

c) De los documentos de la justicia ordinaria de la Villa de Calatañazor por testimonio de Josef Saz, escribano de número y jurisdicción en el año de 1788, siendo cura Ramón Ambrona y alcalde ordinario de la villa y su jurisdicción Miguel de Nafría”:

“Primeramente se nombraron los Nominados Apeadores apearon Deslindaron y amojonaron  una casa con un corral  y puerta falsa  que sale a la calle Real cita en el población del nominado  lugar de Blacos en la Plaza de el que linda por solano con casa de D. Alfonso  García prebistero y capellan  tenente  de la Villa de Calatañazor; por regañon casa de Venito Manrique, por abrego  y cierzo calle Real; la casa de dicho curato  y vicario tiene dentro de ella  un cuarto en el suelo  vagero que es de la casa de dicha vicaria y llaman la Fregaduria  y el vuelo de dicho cuarto  es de herederos de Juan García”


En 1754, siendo cura Manuel Gil, administra una memoria de  Idelfonso García sobre una casa de morada qué alinda por regañón con casa del cura y con Solano con Juan de las Cuevas y por el Alba con la plaza.  En los memoriales del catastro de 1751 se decía que María Martínez, viuda, vivía en la Plaza Mayor, de 7 varas de fachada por 18 de fondo, que  linda al Levante con  casa de ánimas de las Cuevas, a poniente y norte corral y casa de la vicaría  y al sur la plaza. Juan de la Fuente casa contigua a la plaza  4 x  12 varas y Francisco de La fuente, de 7 varas de frente y 14 de fondo, a la derecha de la anterior.

Las casas porticadas de la plaza, a excepción de la del cura fueron cambiando de propietarios, y así en 1881 sabemos que a poniente vivía Joaquín Origüén y Bernardina Sanz, atrás en la calle las Heras, Mariano Romero, la colindante a levante Hilario Gañán Ropero/Domingo Pérez Regaña,  y la siguiente de Prudencio Lafuente y su mujer Juana Pérez.

De todo lo anterior deducimos, y como dijimos anteriormente,  que en la plaza hubo dos casas de  curas, la rectoral y la del cura tenente de Calatañazor. En la segunda es donde posiblemente vivieran familiares de D. Pedro Blanco, que fueron estudiantes beneficiados en su testamento, y que  algunos de ellos fueron curas.

Los curas no vivían solos, compartían el beneficio con sus familias o sus criados.  Francisco de la Cuevas Escribano trajo  a parte de su familia a vivir al pueblo. A saber si su   familia se hospedara en la casa donde vivía, o estuvieran  en otra que este cura  compró en el pueblo, (no sabiendo su ubicación), aunque por los apeos anteriores pudiera ser la que fue de Fulgencio Lafuente. (6). A su muerte solo funda aniversario sobre  una casa, suponiendo que esa es  la casa curato. El cura antecesor, 

Pedro Casado Blanco, de amplia familia, suponemos que deja un legado de 50 ducados a María de Origüén, su sobrina, y a Francisca Casado, su hermana, de 40 ducados para casarse, y esto era porque convivían.

Sabemos que en 1707, el cura Pedro Jiménez, tenía criado, que posiblemente hiciera labores agrícolas y ganaderas, además de servir al cura. En 1710 este vicario tenía pastor al que pagaba seis ducados incluida el vestido y la comida (diezmaba por él 102 rs).  También tenía una hermana llamada Philipa Ximénez (+1708), casada con Santiago García (descendiente esta de la familia del cura D. Pedro Blanco García). 

En 1741 el cura Manuel Gil Laguna vivía con su madre, dos sobrinos y una criada. Tenía un macho y cinco cerdos. La madre del cura tenente Francisco Rebollero, (1764-+1785) vivía con él y era de  San Andrés de Soria. En 1791 muere Catalina Mambrona, hermana del cura y soltera.

Ramón Mambrona (1785-1792), vivió con su hemana Catalina ,soltera, que falleció un año antes que Ramón.

El cura Gaspar Moreno Carbajosa, (cura de 1854 a 1881) natural de Benafarces (antes Zamora, ahora Valladolid) fallecido el 19 sept 1880, trajo a su hermana Basa (+1906), que posteriormente se casó con Domingo Pérez en 1862. 

Durante el siglo XVI, XVII y mediados del XIX, los  curas de Blacos también lo eran de Torreblacos, y no porque no hubiera curas para ambos lugares, sino porque los  beneficios curatos, como podían ser la parte de los diezmos que le correspondían, las rentas de las tierras del curato y los derechos de estola o pie de altar no daban para vivir con una parroquia.  No siempre en Blacos vivió el cura, pues sabemos que hubo épocas que el beneficio era separado del de  Torreblacos, y hubo épocas, por  el motivo que fuere, el cura solo vivía en Torreblacos. Aunque el curato común fue hasta mediados del siglo XIX.

Es posible que cuando fueran  muy ancianos, siguieran viviendo en la casa y compartieran  la vivienda con un tenente cura, pues coinciden por cronología muchas veces dos curas en la misma parroquia. Otra posibilidad era que los  tenentes se trasladasen a vivir a  Torreblacos.

Las reparaciones de la casa del cura se solía hacer a expensas del beneficio curato, es decir de las rentas de los bienes que tenían, no de la fábrica de la Iglesia. Por descontado que todos los vecinos echarían una mano.

“Las Casas Rectorales han de ser atendidas y conservadas por los Párrocos con el mismo ó mayor cuidado é interés que si fuesen propias; invirtiendo convenientemente en su reparación el importe de la renta ó canon anual que les está señalado ó que se les señalare”. (Constituciones sinodales de Osma de  1907)

La casa rectoral necesitaba un mantenimiento, como podía ser retejar, arreglar caída de tabiques, etc., que recaían los gastos sobre los beneficios del curato, pero posiblemente también recayera sobre el concejo y las personas voluntarias que solían ser casi todos. Apenas de esto tenemos datos. Eugenio Muñoz recibió del cura  Pedro Arranz 173 reales por la mitad del material y mitad de jornales  para levantar el tabique medianil en la casa rectoral  el 7/8/1917. Se hicieron obras  en 1924 arreglándose la puerta, que se cambió, y la chimenea que se hizo de ladrillo, porque la anterior amenazaba ruina; y termina acción de las dos alcobas. De las obras,  Eduardo Muñoz cobró 514 pesetas

De los curas de almas que destinados en Blacos, unos 77, de más de una docena nacidos en el pueblo, de sus costumbres,  hablaremos en otros apuntes. Los imagino, saliendo de su casa según las épocas, unos con vestidos de la liturgia, hasta que hicieron la sacristía de la iglesia, y todos los días con sus sotana, teja o bonete, como mandaban las instrucciones sinodales. De esto y mucho más ya hablaremos. (7)

 

(Sinodal de 1584, del obispo de Osma, Cap. I, titulo nono, Pág. 88)

 

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NOTAS AMPLIATORIAS Y ACLARATORIAS

 

(1) Pedro Blanco tenía una memoria de estudiantes  huérfanos y doncellas. Fue dignidad de maestrescuela de la iglesia de Osma (la catedral). Fundo dos memorias. Una para estudiantes y otras para huérfanos. Tenían preferencia sus parientes por línea paterna. Y después los hijos de los vecinos de Blacos, de preferencia de los más pobres, después  a los de la Torre, en tercer lugar a los de Calatañazor, la Aldehuela y Rioseco y Cabrejas del Pinar. Los estudiantes lo disfrutaban durante 10 años siempre que continuaran sus estudios y acreditasen su aprovechamiento. Los huérfanos solo un año de disfrute. A las solteras hechas la adjudicación tenía dos años para casarse. Aparte tenía muchos censos y memorias que administraban sus albaceas, entre los que se encontraba el obispo,  y los curas de las parroquias donde tenía bienes. Tenía 2000 ducados de censos: 1700 de razón personal, 300 de sus bienes y rentas, que gozan María García su madre, por todos los años de su vida, y después gozará Gonzalo Blanco y María de Frías, su mujer. Entre estos censos, uno se le  otorgó a  Francisco de las Cuevas, cura que administraba sus bienes en Blacos.

(2) Sabemos de este matrimonio que  Martin murió en 1642 y Ana nueve años después. Ambos se enterraron con funeral de cuatro curas  a los que se dejó encargado que “se les diera de comer y sus pitanzas”. Martín también dejó para el convento de  San Luis de Gormaz, del que era benefactor  Roque de Cogollos.

(3) María García y Francisco Casado hicieron aniversario sobre una casa en que vive Francisco Manrique que tenía censo de 338 reales y anualmente se pagaba 9 reales 30 maravedíes.

(4) Su antecesor fue Pedro Casado Blanco  que estuvo de párroco entre 1627 y 1654,    que era   de Villabela (Burgos) y está enterrado en la iglesia.

(5) Francisco de las Cuevas fue amonestado por” no administrar otra memoria,  y no lo hizo bien cómo tuvo mucha omisión en grabe daño y  juicio de sus propiedades y de los aniversarios en la otra memoria….” La memoria que se trata es la  que tenía en el pueblo  Don Pedro Blanco García, natural de Blacos, dignidad de la catedral del Burgo, maestrescuela.

(6) Catalina Escribano, madre de Francisco de las Cuevas, natural de Almazul, “murió de repente por darle una perlesía (parálisis) estando sana y buena, hablando conmigo  (…)” 6ª grada, junto a la Virgen del Rosario. Asistieron cuatro sacerdotes al entierro.

(7) Antes del concilio tridentino (1545-1563) muchas iglesias de aldea  no solían  tenían sacristías.  La de la iglesia de Blacos se hizo en el último tercio del siglo XVI, que era pequeña. Posteriormente,  en 1736, se hizo la compostura de la esquina de las sacristía (costó 223 reales) , y posteriormente se alargó hasta la capilla de San Acacio (costó 2147 r la obra, la teja y la cal). En 1749  se puso la vidriera de la sacristía 72 reales (es el año que pone en el dintel). En el libro de fábrica se dice que se hizo la sacristía sobre cementerio.

 

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Pinto a 29 de febrero de 2024

Serafín Pérez García

Serafin.perez.2014@gmail.com