LA PESTE DE 1803 Y 1804













Apunte nº 46
                                 LA PESTE DE 1803 Y 1804

 

Desconocemos los episodios desgraciados de este pueblo, pero posiblemente lo que ocurrió en estos dos años, y los tres que les precedieron, pudieran ser de los más importantes. Años de  hambruna y quebranto de las salud del vecindario, provocando  la muerte  de la tercera parte de la población.

  

Ojeando los Libros de Difuntos de la Parroquia  pude comprobar el gran número de difuntos de estos dos años. Esta  “anomalía” también se producía  en los  años de  1750, 1799, 1833 y 1834, aunque no eran tan abultadas las defunciones. 
Normalmente este incremento de defunciones se producía por pandemias que se cebaban sobre la población en épocas de crisis de subsistencia, debido a las malas cosechas de cereal, que provocaban desnutrición  y debilitamiento en pobres,  niños y los ancianos. (1)
 
Como vemos los vecinos no se escapaban de las epidemias  cada cierto tiempo, las cuales circulaban despacio, porque  la gente apenas se movía de su lugar de nacimiento, evitando la propagación. Además se evitaba viajar si habían oído que había dengue en algún pueblo. Aunque parezca increíble también se tomaban las medidas sanitarias que dictaban las autoridades. 
 
En Blacos entre los años de 1803 y  1804 hubo 87 defunciones, sobre una población de 260 personas. En La Mercadera, pueblo de corto vecindario, solo en 1804, que fue el peor, murieron 11 personas, y al menos un matrimonio completo. La cosa fue grave.
 


Causas de la peste de 1803 y 1804

La crisis de mortalidad de 1803 a 1805 afectó  a toda la provincia  y falleció la quinta parte de la población. Fue provocada por una crisis de subsistencia debido a los malos años agrícolas debido a sequías y pedriscos, etc. desde el último año del siglo  y los tres siguientes. La escasez de cereales, sobre todo el trigo, que era la base de la alimentación, provocó que los precios de estos se cuadruplicaran, no teniendo la gente acceso a la compra en los mercados. Recordemos que la base de la alimentación era el pan (cada habitante  comía 250 kg de pan al año) y que subió el precio hasta  el 300% en 1805. A partir de este año los precios vuelven a ser los de principio de siglo. .  En 1804, los pósitos de los pueblos tuvieron que buscar trigo para dar de comer y hacer las sementeras.  (2)
 
La hambruna creó debilidad en las personas más pobres, enfermos, niños y ancianos. Era el campo abonado para el paludismo, el tifus y otras enfermedades. Se  emplearon los recursos de propios municipales, de los pósitos del común, y de las obras pías (arca de misericordia de la Iglesia) para ayudar al vecindario. (3)
 
Se cree que la pandemia fue de tifus y paludismo, indistintamente. Aquella gente a estas enfermedades las llamaba “calenturas”. Eran las cuartanas, que tenían origen palúdico, y que se manifestaban con escalofríos y sudores. Era la malaria, trasmitida por la picadura del mosquito, anófeles. Llamaban terciarias a  las que producía el tifus (le llamaban tabardillo), enfermedad bacteriana y contagiosa,  trasmitidos por piojos, pulgas, a través de sus picaduras, y por alimentos contaminados.  
 
 
Estas enfermedades se acrecentaban  por la mala higiene personal y de las  viviendas,  por los pocos conocimientos médicos, y por la abundancia de  las aguas estancadas del verano en zonas húmedas,  en  los muladares, etc.
 
Los remedios para aliviar estas dolencias eran la quina, infusiones de clavo y albahaca,  para el paludismo, y para el  tifus cataplasmas de cebada y vinagre, vino caliente con azúcar, infusiones de flor de saúco, etc. La farmacia de Calatañazor era la que proveía de productos para estas dolencias. 
Cuando esto ocurría  todos se acordaban de San Roque, “santo antipestífero”, aunque  no se venerara en  el pueblo. Los rezos, novenas y conjuros los haría el cura para calmar la ansiedad de los vecinos. Desde 1800  era párroco  el Doctor Dionisio Ruiz de Gaona, cura de bastante formación,  que no sabemos si fue afectado por la peste aunque  en 1805 ya no figura como párroco en Blacos, y tampoco consta su enterramiento.
 
Se tomaron medidas como fueron trasladar muladares lejos de viviendas y manantiales, ventilación de las casas (excepto abrir las ventanas por la noche, por el frío y porque se creía que el mal entraba en la oscuridad de la noche), hacer vahos de vinagre para desinfectar la ropa, lavarla con sal, enjalbegar habitaciones, y aislar lo posible a los enfermos.

Como afectó al pueblo de Blacos

La epidemia, que entendemos que fue de tifus y paludismo, fue de carácter estacional en 1803 y   a partir de agosto y,  en 1804, también a partir de agosto, llegando la cresta en el mes de octubre, para ir cayendo hasta llegar a la normalidad. Tal fue la gravedad, que el 23 de octubre  se recibió en la parroquia   un comunicado del obispo, que exhortaba a
 
“que en todas las parroquias se señale un dia en el que se hará una rogativa publica llevando a alguna santa imagen o insine reliquia para que se digne el Señor suspender el azote  que afije a este Reyno  de la peste y mortalidad  que se está experimentando.”
 
Creemos que en estos años de sequía prolongada. los arroyos, ríos y pozas se secaron. Las aguas estancadas de los pozos eran lugares para que los insectos se desarrollaran, y el agua de beber y los alimentos, aun no estando en buen estado, se aprovecharan al máximo, dada la escasez.



 

 
En el primer año murieron 43 personas y en el siguiente 44. La cuarta parta de todas las defunciones, donde se cuentan los párvulos, fue de pobres de todas las edades, otra cuarta parte fueron los párvulos, cantidad elevada en comparación a años precedentes. Las muertes de hombres fueron superiores a las de mujeres, posiblemente por la movilidad de estos, tanto para los trabajos fuera de casa, asistencia a ferias, el trajineo  de cereales, como por la asistencia a funerales, etc.



Podríamos saber con qué familias cruelmente se cebó la pandemia, aunque esto nos llevaría mucho tiempo. Al final de este apunte  se anexiona en un cuadro con las 87 personas que fallecieron por el motivo que fuere, indicando su estado, fecha de defunción y lugar de enterramiento. Es a partir de estos datos que podríamos encontrar la filiación, empleando mucho tiempo.
 
Algunos afectados por la pandemia no murieron en el pueblo, como ocurrió con Hipólito Pérez, que era miliciano y se le llevó al hospital de San Agustín del Burgo, donde murió (7-1-1804)   y se enterró en su cementerio. Otro como Anastasio Ballano, murió en Sigüenza, mientras mendigaba con su mujer.
 
Otros que no eran del pueblo se contagiaron y murieron, como fue el caso de Francisco de Soria, vecino de Soria, (el apellido se  lo pusieron por su procedencia), que había venido a “ganar de su oficio de cedadero” (hacer cedazos para cernir la harina para cocer pan)
 
Algunos morían inesperadamente, sin recibir la extremaunción, ”por no haberlo permitido su apresurada dolencia y fallecimiento” como ocurrió con Mateo Ballano esposo de Josefa la Blanca, el 30 de mayo de 1804. “No hizo testamento por ser pobre de solemnidad se le enterró de limosna y no dejó por el bien de su alma cosa alguna” 
 
Los enterramientos, un problema
 
En los apuntes de los enterramientos, (apunte nº 24) ya se expuso las órdenes e instrucciones  dadas a las intendencias y ayuntamientos para construir cementerios en lugares salobres, y apartados del pueblo. Pero la gente quería seguir enterrando en la iglesia, ya que llevarlos a los cementerios extramuros era como echarlos del pueblo y separarlos de los suyos.
 
Durante 1803  se pudo enterrar en la iglesia, aunque estaba completa,  pues se podían romper las sepulturas pasados dos años desde la inhumación.  
 
Así se entierra  a Ramón Pérez, el 23 de enero en la Capilla San Acacio “por no ser conveniente abrir ninguna sepultura del cuerpo de la iglesia”
 
Se utilizó una nueva grada, a la que llamaban “de ladrillos”, (embaldosada) en la capilla mayor (el resto de la iglesia estaba entablonada), bajo la escalera de la tribuna (el coro), y también la capilla de San Acacio, para difuntos que ya tenían allí enterrados a familiares (desconozco el motivo por el cual estas familias se enterraron antiguamente allí).  Durante 1804, se entierra como se hizo el anterior año, pero cuando las defunciones se incrementan en agosto, se decide enterrar en el cementerio de la iglesia (lo que ahora llamamos patio y antes había un pórtico de obra y madera), en la grada nueva de la iglesia, y en la ermita. Los enterramientos frente a la puerta de la iglesia debieron ser poco profundas por la urgencia, y sobre todo  por la dureza del terreno.

 "En 1804 se gastaron 502 reales  y 14 mvs. para poner puertas al cementerio “para que no entraran los animales a desenterrar  los cadáveres de los difuntos y que se enterraron en el por no haber lugar en la iglesia” (libro de Fábrica de la iglesia, Archivo Diocesano)

En 1805 ya solo se entierra a una persona en el cementerio y cinco en la iglesia. Y a partir de esta fecha se alternaban los enterramientos en los tres lugares citados, hasta que en septiembre de 1833 se utiliza el cementerio municipal.

Consecuencias  de la pandemia para el pueblo:

Podemos decir que de la pobreza se pasó a la miseria. La primera consecuencia  fue la disminución de población. De 256 habitantes (59 vecinos) en 1803, se pasó a 52 vecinos en 1805, y en 1806 a 225 habitantes (y tan solo 46 vecinos).

El Arca de Misericordia, pósito pío de la iglesia, que prestaba sin rédito, pero con fiador, nos indica que  en  1797 se repartió a 59 vecinos, en  1803 a 60 vecinos,  y en 1806 a 46 vecinos, es decir, a todos, por necesidad y costumbre (y en diferentes cantidades). En  1808 el regidor y fiel de hechos, Tomas Ballano, junto al alcalde, que era el patrón, (desconocemos su nombre), y el cura Pascual del Castillo Yagüe, repartieron  tan solo a 33 vecinos, lo que vendría a ser ya la normalidad a partir de entonces. 
Los nacimientos disminuyen  a la mitad hasta 1825, volviendo a partir de esa fecha a la media de principio de siglo. Y es a partir de este año cuando se  recupera la población.

Consecuencia económica fue la dificultades para hacer la siembra temprana en ambos años, y como consecuencia de las sequías,  suponemos que se condonarían las rentas de las fincas, a cambio de hacer mejoras en ellas, como podían ser “rollos”,  o arreglar los cercados de piedra y palo seto. El ganado, por pequeñas que fueran las piaras, ayudaron a sobrevivir, aportando leche y carne.  

          ANEXOS

ANEXO I: PRECIOS APROXIMADOS  DEL TRIGO EN LA ZONA EN REALES/FANEGA EN LA COMARCA

(Tabla de elaboración propia de diversas fuentes)

Mayor parte siglo XVIII

10-16

1801

65

1787*

20-24

1802

70

1788 (año malo)

33

1803**

100

1789 **

40

1805

45

1794

45

1806

25

1800

25-35

 

 

(*) Epidemia de paludismo. (**) 1789 fue un año catastrófico en toda Castilla.(***)El centeno llegó a costar 86 reales la fanega, y algo parecido ocurrió con la cebada.



ANEXO II: DEFUNCIONES 1803

(Tabla de elaboración propia)

 

DEFUNCIONES

PARVULOS

POBRES

Hombres *

Mujeres*

ENERO

5

3

0

1

1

FEBRERO

1

0

1

0

0

MARZO

1

1

0

0

0

ABRIL

2

1

0

1

0

MAYO

3

0

0

2

1

JUNIO

1

0

0

1

0

JULIO

1

0

0

1

0

AGOSTO

3

2

2

1

0

SEPTIEM

7

1

2

3

3

OCTUBRE

8

2

1

1

5

NOVIEMBRE

5

2

2

2

1

DICIEMBRE

7

1

2

3

2

 TOTAL

43

13

10

15

13


ANEXO III: DEFUNCIONES 1804

(Tabla de elaboración propia)

 

DEFUNCIONES

PARVULOS

POBRES

Hombres*

Mujeres*

ENERO

2

0

0

1

1

FEBRERO

1

0

0

1

0

MARZO

1

1

1

0

0

ABRIL

2

1

0

2

0

MAYO

3

0

1

3

0

JUNIO

2

0

0

1

1

JULIO

1

0

1

1

0

AGOSTO

6

1

1

5

0

SEPTIEMB

5

3

1

2

0

OCTUBRE

13

2

4

10

2

NOVIEMBRE

4

1

1

1

2

DICIEMBRE

4

0

1

1

3

TOTAL

44

9

11

28

9

                                                                                                                                   * No párvulos


 

ANEXO IV: DEFUNCIONES EN 1803

(Tabla elaboración propia)

 

Nombre

Fecha

estado

Lugar

 

 

Julián Ballano

6/1

párvulo

iglesia

Grada nueva, bajo escalera

 

Librada Soria

13/1

párvulo

iglesia

 

 

Ramón Pérez

23/1

Capilla San Acacio “por no ser conveniente abrir ninguna sepultura del cuerpo de la iglesia”

 

---- Lafuente

26/1

párvulo

iglesia

De Emeterio. No bautizado

 

Teresa Sancho

26/1

 

iglesia

 

 

Anastasio Ballano

2/2

Murió en Sigüenza, mientras pedía con su mujer. Pobre

 

--- Romero

7/3

Párvulo 

Iglesia

Jorge Romero

 

Carlos Escribano

22/4

 

iglesia

 

 

--- Gonzalo

21/4

párvulo

iglesia

De Acacio Gonzalo

 

Juan de la Fuente

9/4

 

iglesia

 

 

Blasa García

10/5

 

iglesia

 

 

Josef Ballano

23/5

 

iglesia

 

 

Manuel Ballano

31/6

 

iglesia

Pobre

 

Catalina Regaña

12/8

párvulo

iglesia

 

 

Ambrosio Gonzalo

12/8

 

iglesia

 

 

Juan García

23/8

párvulo

iglesia

Pobre

 

Anastasia Ropero

5/9

Párvula

iglesia

 

 

Pablo Pérez

5/9

 

iglesia

Pobre

 

Domingo  Bartolomé

8/9

soltero

iglesia

En accidente

 

Rumalda Ropero

10 /9

 

iglesia

En Soria

 

Pantaleón Escribano

20/9

 

iglesia

 

 

Isabel Martínez

21/9

 

iglesia

 

 

María Ropero

24/10

 

iglesia

Pobre

 

Josef Ventosa

1/10

 

iglesia

 

 

Domingo Soria

7/11

Párvulo

iglesia

Pobre

 

---- Sancho

8/10

Párvulo

iglesia

No recibió el bautizo

 

Felipa Gonzalo

14/10

 

iglesia

10 años

 

Cipriana Gañán

17/10

Párvula

iglesia

 

 

Juana Gualberta Lázaro

23/10

 

iglesia

 

 

Pascuala Marín

26/10

 

iglesia

 

 

Librada Ropero

27/10

 

iglesia

Pobre

 

María Valverde

30/10

 

iglesia

 

 

Cayetano Escribano

1/11

 

iglesia

 

 

Bárbara Gañán

13/11

 

iglesia

 

 

Juan Regaña

17/11

 

iglesia

pobre

 

Eugenio Escribano

25/11

párvulo

iglesia

 

 

Petra Ropero

1/11

párvulo

iglesia

 

 

Juan Pascual Gil

16/11

 

iglesia

 

 

Isabel Martin

17/11

 

iglesia

pobre

 

Ángel García

17/11

 

iglesia

Pobre

 

Saturio Miguel

19/12

párvulo

Iglesia

 

 

Ermenegilda Esteban

24/12

 

iglesia

Capilla san Acacio

 

Francisco Soria

28/12

 

Iglesia

   

 

 

Defunciones en 1804

Nombre

Fecha

estado

Lugar

 

Vicenta Romero

2/1

 

Iglesia

 

Hipólito Pérez

7/1

Burgo, cement. Hosp. San Agustín. Miliciano, Soltero,

Mariano Gonzalo

10/2

 

Iglesia

30 años. Capilla San Acacio

Julián de Soria

13/4

párvulo

 

 

Santiago Gonzalo

25/4

 

Iglesia

Capillla San Acacio

Mateo Ballano

3/5

 

Iglesia

Casado con Josefa la Blanca

Julián García

7/5

 

Iglesia

 

Marco Ballano

30/5

 

 

pobre

Manuela Esteban

7/6

 

Iglesia

 

Luis Origüén

17/6

 

Iglesia

 

Rafael Sancho

14/7

 

 

pobre

Pedro Velasco

1/8

párvulo

Iglesia

Grada nueva

Jorge Romero

13/8

 

Cementerio

por no haber lugar en la iglesia

Manuel Esteban

14/8

 

Ermita

 

Pedro Gonzalo

18/8

 

Iglesia

Pobre. Grada mayor

Urbán Escribano

12/9

párvulo

Iglesia

Pobre. Grada capilla mayor

Francisco  la Fuente

6/8

 

Iglesia

Pobre. Capilla de San Acacio, como sus antecedentes

Agustín Escribano

29/8

 

Recuerda

Soltero y miliciano

Jorge Romero

13/8

 

Cementerio

Por no haber lugar dentro

Isidoro García

18/9

 

Grada de ladrillos de la capilla mayor, nueva

Dominica de Soria

12/9

 

Ermita

 

Luis Pérez

25 /9

párvulo

Iglesia

 

Matías Gonzalo

29/9

párvulo

Iglesia

Grada nueva

Estefanía Aldea

3/10

 

Ermita

Esposa de Acacio Gonzalo

Pedro Escribano

5/10

 

 

Adulto y pobre

Francisco de Soria

7/10

Cementerio. Vecino de Soria, murió que había venido (vendido) a “ganar de su oficio de cedadero”

Ciriaco García

7/10

 

 

Adulto y pobre

Hipólito Gonzalo

10/10

 

Cementerio

 

Ermolao  Escribano

11/10

 

Ermita

pobre

Diego Gañan

13/10

 

Ermita

 

Domingo Rioseco

14/10

 

Ermita

 

María Ruiz

15/10

 

Cementerio

pobre

Pedro de Lázaro

16/10

 

Ermita

 

Saturio Miguel

17/10

 

Ermita

 

Remigio  escribano

19/10

párvulo

 

 

---Lázaro

27/10

párvulo

Iglesia

Clemente Lázaro. Grada nueva

Juan de Lafuente

1/11

 

Ermita

 

Rosa Lafuente

1/11

 

Ermita

Viuda d eJuan Gonzalo

Silvestra Gonzalo

4/11

 

Cementerio

Soltero y pobre

--- Pérez

15/11

párvulo

cementerio

De Pedro Pérez

María de Sancho

7/12

 

Iglesia

 

Catalina Ballano

14/12

 

Atrio

10 años

León de Sancho

31/12

 

Cementerio

 

Ángela Pérez

31/12

 

Cementerio

pobre

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NOTAS ACLARATORIAS /AMPLIATORIAS
 
1) Sabemos por diversas fuentes que en  la zona hubo epidemias que se llevaron llevó una tercera parte de la población  entre 1596 y 1602. Que pudo ser de tifus principalmente, malaria o peste bubónica. Otra en  la zona del Burgo entre 1630 y 1632, de tifus. Otra que duró  de 1670 a 1674. De gran mortalidad en la provincia fueron  las de 1707 y 1751. En  Blacos en 1762 se dobla la mortalidad.
 
2) Precios de la cebada y trigo en Soria capital: (fuente: Gonzalo Anes. La crisis Agraria. 1799-1800: cebada: 17,56 rs. fnga, precio mínimo./ trigo: 29,42 rs. fnga., precio mínimo. 1803-1804: cebada: 48,25 rs. fanega/ Trigo: 93,68 rs. fanega. 1806- 1807: cebada: 19, 1 0 rs/fanega/ trigo 32,6 rs. fanega.
 
3)En el Burgo se llegó a repartir sopa nutriente a muchos necesitados, más de trecientos, con cargo a limosnas, obras pías, diezmos, etc. 
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Pinto, 25 de junio de 2024. Viva San Juan.
Serafín Pérez García.
Serafin.perez.2014gmail.com