LA VIRGEN DE VALVERDE DE BLACOS

 








                    Apunte nº 48

LA VIRGEN DE VALVERDE DE BLACOS

En España según el INE (Instituto nacional de Estadística) hay 48 entes locales que tienen el nombre de Valverde. En Soria tenemos a Valverde de Ágreda y Valverde de los Ajos.  Desconozco cuantas Vírgenes de Valverde hay así nominadas en España, pero la más  famosa era la de  Fuencarral (Madrid) / (1), destruida en la Guerra Civil, con  una imaginería similar a la de Blacos, ambas del siglo XIII o XIV.

Como ya comentamos en el apunte nº 34 “La ermita de la Virgen de Valverde (parte I)”  la nominación de Valverde, tanto del nombre de la Virgen como de la ermita,   es referida a la visión y dominio que se  tiene  sobre el Valle del río Abión, que  casi siempre permanece  verde.

Soy de la creencia  que esta virgen estuvo en un principio  en la iglesia parroquial consagrada a San Miguel,  y que  posteriormente se trasladó a una ermita. Actualmente la parroquia se nomina   “Nuestra Señora La Mayor”. Pero no siempre fue así, ya que existen  documentos antiguos donde se la  denomina de “San Acacio”,  como así se escribe   en el “estado de vecinos” realizado por   encargo al obispo  Antonio de Isla y Mena, en 1773, para  el Catastro del Conde de Aranda.

De 1584 es el primer documento  que tenemos referido a la Virgen de Valverde, que es la donación de una tierra. El documento más antiguo sobre  la existencia de la ermita es de 1599,  en una escritura notarial donde el cura Alonso Portillo pide licencia para arreglar la capilla mayor y la ermita, ya que tienen una viga rota y es preciso retejar. (Notario Bartolomé de Espinosa Caja 2912, folio 34. Este cura estuvo en Blacos entre los años de 1597-1599, y posteriormente  fue tesorero de la Iglesia Catedral de Osma. El arreglo del templo era necesario porque llevara mucho tiempo ya realizado.

La imagen de bulto (estatua) de la Virgen la hemos conocido  ubicada en un camarín del retablo (1795), dorado con buen arte toda la mazonería, a principios del siglo XVIII. Tras la imagen había una “transparencia” (era una vidriera de colores) que se  comunicaba con otro altar que había en la sacristía. Esta vidriera es muy luminosa  ya que recibía la luz de una gran ventana de la sacristía  y, por las tardes, era iluminada  por el haz solar  que penetraba por el óculo de la espadaña. El efecto escénico, de gran brillantez, envolvía a la Virgen en una luz apocalíptica, radiación que a su vez se trasmite a los devotos,  simbolizando la fuerza  de una madre que  ilumina el camino de la salvación.

Este verano de 2024, al quitar el manto y el vestido a la Virgen para recoserlo, se ha descubierto una talla sedante  de madera de estilo gótico, posiblemente de principios del siglo XIV. Es una Virgen entronizada como reina.


                              

Antiguamente no se vestía, se presentaba solo la talla, que tenía una corona de madera sobre su cabeza. Estaba apoyada contra las tablas de un altar ya que la mitad está seccionada por detrás  de forma recta. Se le amputó las manos, colocando otras más largas, para que sobresalieran cuando se la decidió vestir y poner capa. Esta antigua imagen tenía en su mano izquierda, como todas las tallas góticas, una manzana, que simboliza la “nueva Eva”, símbolo de pureza y del vencimiento a la muerte causado por el pecado original. En la mano derecha tenía a un niño Jesús de pie, como un hombre pequeño,  también coronado, que bien pudo tener en su mano una bola (orbe/universo) o un cetro (mando),  que representa el poder universal, o un libro que significa las enseñanzas  de los libros sagrados. La estatua remarca la maternidad de la Virgen. El semblante es casi infantil, rígido, con la vista al frente (hierática frontalidad), natural y  serena, como dando confianza y cercanía, de mirada centrada y  compasiva.

La talla tiene  pintado un vestido azul (color real) hasta los pies, con cinta dorada al cuello, y una mantilla ribeteada en oro que le cubre los hombros y llega a suelo. El vestido está ajustado con una cinturilla de tela dorada. El pedestal simula nubes donde se apoya  la reina de los cielos. Era costumbre pintar  a estas tallas con una mantilla de color azul y dorado.

La época en que se empezó a vestir a la Virgen como la conocemos no lo sabemos, pero bien pudo ser a partir del siglo XV. En un principio colocándole mantillas y después  un vestido ajustado bajo una capa que le cubría todo el torso,  abierta al frente para mostrar el fruto de su vientre en su regazo. Sabemos que los obispos no querían que se vistieran con ropas que  no estaban consagradas, que no fueran las suyas propias (3). La gente se las ponía para que se  les otorgara algún poder. Para darle la forma cilíndrica del torso hubo que clavar en la espalda de la talla tacos de madera para  que sujetaran una masa de yeso, que completara el busto, y que actualmente está a punto de desprenderse. 

También hubo que poner tres listones, clavados al cuerpo, que formaban una armazón para que la vestimenta quedara cónica. En uno de los listones pone:

“cosio dcho vestido Juan de Ventosa vezº (vecino) se dcho Lugar de San Andres”

(Se refiere a San Andrés de Soria, pueblo cercano a La Póveda, y el apellido posiblemente provenga de La Ventosa de San Pedro, junto a San Pedro Manrique) (2)

El vestido solía ser blanco, como signo de pureza y con ribetes plateados y dorados para dar luminosidad. Aunque no siempre fue asía ya que   La virgen sostenía un niño que a finales del siglo pasado fue robado y sustituido por otro, que también se le vestía. Muchos vestidos fueron donados por fieles  como la el que realizó la madre de Pedro Blanco, maestre escuela de la catedral, que en 1664  deja para la fábrica de la ermita  un manto cercado de terciopelo. También el Venerable Palafox en 1659 donó 60 reales para el  vestido de la Virgen en una visita pastoral a la parroquia y a la ermita.

A la cabeza lleva una corona metálica de zinc con 12 estrellas, y un rostrillo del mismo material que rodea la cara. De esta manera la cabeza desaparece y el rostro aparece en un pequeño ovalo que la envejece y le quita toda expresión original. A los pies lleva una media luna menguante con los cuernos hacia arriba que representa la fertilidad y la protección de la madre.

“Apareció en el cielo una señal: una mujer envuelta en sol, con la luna bajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas,…”. Apocalipsis 12, 1 (El Mesías y el Dragón)

Sabemos por los Libros de Fábrica de la parroquia  que en 1707 se compraron   dos  coronas “de plata buenas” para la virgen y su hijo. Las que tiene no son de plata. Y en 1774 se hace un  vestido de damasco blanco, morado y negro  y se llevan a efecto otras compras como  la adquisición  de un postiño de plata con sus piedras y rayos dorados y un cáliz  que costaron 723 rs.   También que D. Alfonso García, que fue vecino de Blacos  y  capellán de la Villa de Calatañazor y pagó la compra de una corona de girasoles y una luna de plata para la Virgen de Valverde entre  los años 1794 y 1799 (no se sabe el año justo).

La Virgen siempre ha tenido medallas colgadas en su vestido y manto, o en su cuello, como la gola con escudo de plata que le  regaló Tomás Ballano con medalla  o   la medalla que le colgó Clara Gil en 1827, etc. Muchas otras donaciones han desaparecido como consecuencia de los robos, y otras todavía se conservan.  Desgraciadamente no hace muchos años se quemaron ropas de la virgen “porque estaban muy estropeados” y que de tenerlos ahora nos podían dar mucha información.



 

 

Licencia para arreglar capilla mayor de la iglesia y reparar parte de la ermita. AHPSO, protocolo notarial de Bartolomé de Espinosa. BO, Caja 2912 folio 438 r, v, año de 1599

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LAS VÍRGENES DE LA PARROQUIA


Dolorosa
 
Rosario
La Mayor
 

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NOTAS ACLARATORIAS


1)Virgen de Valverde de Fuencarral actual y la antigua Talla destruida en la guerra Civil

     


 2)  El apellido Ventosa no nos consta en el vecindario del Catastro de la  Ensenada de 1751. Tenemos a un Josef Ventosa y Miguel Ventosa en los repartimientos del arca de misericordia entre los años  de 1781 a 1800. También son diezmeros en 1793. Melchor Ventosa es diezmero, al menos,  en 1819.

3) Prohibido que sin nuestro permiso se vistan las Imágenes que fueron construidas para no vestirlas, así como también que se despoje de los vestidos a las que desde muy antiguo las tuviere. Título octavo, art. 456, Sínodo Diocesano de Osma, septiembre de 1906.

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                     Pinto,  22 de octubre de 2024

                     Serafín Pérez García  

                     Serafin.perez.2014@gmail.com