LAS CONSTRUCCIONES (I)



 








En otros apuntes ya se habló de la población y la repoblación del territorio, indicando diversas posibilidades de cómo pudo ser. En estos, nos vamos a centrar en las construcciones que los habitantes tuvieron que realizar para su existencia. Lo abordaremos en dos partes: la primera nos centraremos en el núcleo urbano en general y en la segunda, las construcciones singulares del núcleo urbano y las construcciones de extramuros que han servido para su economía: tainas, cerradas, posada, pozos, cercados, puentes, etc. Excluimos los edificios religiosos, por haber sido tratados en otros apartados y, que requieren todavía más información.

 

El emplazamiento de   Segortialacta / setortialacta / sogortilazta (1)

El poblado se asienta sobre la estribación de un cerro, limitado por el sur y noreste por el río Milanos. Los materiales geológicos lo conforman conglomerados calizos, margas (calizas arcillosas) y arcillas rojas,  que en terrazas inclinadas  van descendiendo hacia el río.

El lugar pudo estar poblado temporalmente por celtíberos, pero  no tenemos restos, entre otras cosas,  porque las chozas-casa eran de basamento de piedra y el resto de tierra y material vegetal.  Eran pueblos eminentemente ganadores  que se movían por el  territorio. Este cerro tenía manantiales que surgían  donde acababan los estratos calcáreos y  tenía el impedimento de que en temporadas de lluvias, (antes había en abundancia),  podía quedarse aislado hacia el sur por la horquilla que forman el rio Avión  y el río Milanos.

El cambio pudo estar hacia el siglo III: se hicieron pequeñas construcciones,  apriscos o mini granjas  y se construyó un camino para  conectarlas a  la calzada romana con dos puentes de piedra sobre los ríos. Si esto es un poco imaginario, más es lo que pudo ocurrir en los diez siglos siguientes. Pero creo que este poblado siempre estuvo poblado, aunque fuera de forma intermitente. 

Cotas 1915. IGE


La repoblación:

Los que dirigieron la repoblación durante el siglo XII buscaban lugares, donde hubiera posibilidades de vivir: que hubiera territorio para cultivar y espacio con pastos para el ganado. Para las construcciones, se aprovechaban los materiales de derribo que había en el lugar, ya fuese de corrales, de casas, etc; también rocas y tierras que no estuvieran alejada para trasportarlas. Al principio, como indica Peridis en los documentales  TV de “Las claves del románico”, las casas eran de piedra y cubierta de ramaje, de poca altura, igual para personas que para el ganado. Las  viviendas, tipo chozas,  pudieron  tener las chimeneas en el centro de como las chozas celtas y chozas de pastores de otras latitudes. Lo lógico era que al ser pueblos ganaderos, la casa, la taina y el corral fuera una unidad de explotación, al estilo visigodo. He realizado un croquis (idealizado) de cómo pudo ser el primer poblado.  A los nuevos pobladores  se les daba para su subsistencia  terreno adelantado para cultivar el cereal, huerto, prados y se hacían zonas comunes de pasto y leña. Además  el territorio para pastar era universal para todos los poblados. También fue determinante para la nueva población los puentes que ya había sobre los ríos, que eran de piedra de la época hispano-romana.(2)

Se construye una pequeña iglesia, en lo más elevado del cerro, en la barbacana sur, al extremo de la población, como normalmente se hacía en todas las aldeas. La primera iglesia pudo ser una ermita para los pastores o una iglesia de la época visigoda. Como la iglesia era el lugar de reunión del pequeño concejo, al aumentar la población se amplió para las ceremonias religiosas y los enterramientos. esta iglesia era ya románica.  Todo esto ocurrió lentamente, entre otras cosas porque estas personas tenían un ritmo de trabajo pausado que a nosotros nos cuesta entender. De estas dos iglesias  antiguas nos queda  parte en  hastial de la espadaña y parte en el hastial sur, la parte noble del pórtico, con su puerta adintelada y abocetada, simple pero elegante.  

      Modelo ideal de las primeros asentamientos: casas con recintos para los animales
de piedra y cubierta vegetal, con grandes espacio entre ellos. 
La iglesia, la primitiva, posible ermita, después se amplió, colocada en lo más elevado.

Así pudo ser la aldea  hasta mediados siglo XIV, regida por el concejo y el alcalde mayor de la Villa. A partir de este siglo, jurisdiccionalmente se depende del señorío y las decisiones sobre el territorio, lo dirimen los  señores  con sus alcaldes mayores. Para evitar conflicto se limitan las zonas de aprovechamiento de las aldeas. Pero esto es otra historia. Desde  la Villa se dirige cómo dar solar en la aldea de Blacos a los nuevos pobladores y en qué condiciones. Aparte, los nuevos vecinos tienen obligación de “castelera”, esto es, aportar materiales para el castillo o hacer reparaciones cierto número de días al año. 

Las construcciones:

Lo que actualmente vemos desde fuera o desde dentro es el resultado de una urbanización de más de 800 años. 

De los primeros siglos de la repoblación poco queda, y podemos empezar a contar con edificios del siglo XVI, bastante modificados.

En las épocas de mayor población (seguramente que  por  bonanza económica y  escasas  calamidades,  como pestes, sequías, pedriscos, plagas, enfermedades del ganado, etc.) era cuando se construían los edificios. Muchas de estas viviendas a lo largo del tiempo fueron pasto de las llamas y reconstruidas según necesidad y posibilidades de los aldeanos. Recordamos las dos últimas "quemas", que afectó a varias manzanas, y que lo tratamos en “el gran incendio de 1943”. Aunque ha habido muchas más incendios.

Después de la Guerra Civil y  sobre todo a  partir de los años 60, las viviendas se han  adecuado a los nuevos tiempos, destruyendo, muchas veces de forma innecesaria las fachadas,  y haciendo otras nuevas. Para  saber cómo era realmente el casco urbano antiguo, sería preciso conocer como era el pueblo entre 1870 y 1940. Para estimar la cantidad de viviendas y anexos he hecho esta tabla, con datos aportados y con bastantes estimaciones: 

(*) Un vecindario dice que había 60 vecinos; cifra poco creíble. Tabla de elaboración propia.

 

Podemos observar que durante el siglo XVI la población es baja,  del XVII (hasta que consultemos el archivo OX) no sabemos nada, pero  suponemos que  aumentó progresivamente. Desde mediados del siglo XVIII hasta el primer tercio del XX, es cuando se realizan la mayoría de las casas que conocemos. Debemos considerar que en 1874 ardieron varios edificios, que el que escribe (sin haber estado en Troya)  cree que fue toda la calle Bajera.

                                                       Edificios de Blacos

                                     (1888)  Nomenclátor  del Instituto Geográfico y Estadístico (Biblioteca Nacional)   Tabla de elaboración propia.

 

Edificios 1 pisos

Edificios 2 pisos

Edificios 3 pisos

Albergues, chozas, …

Total  edificios

población

BLACOS

19

50

4

26

99

218

Dispersos

5

1

-

33

39

11

TOTAL

21

51

4

59

138

229

En el nomenclátor de 1900 de los pueblos de España, se dice que en el  pueblo hay un total de93 edificios de los cuales 69 están habitados fuera eran 61 contando la venta y el molino.

Blacos no tiene urbanización sobre ningún camino, como pudiera ser Rioseco. La traza urbana antigua del pueblo es de manzanas poblacionales,  con corrales bien delante, bien detrás de las casas.  Entre estas manzanas hay  espacios, que posteriormente se han ido rellenando. Muchos de eso corrales se convirtieron en  nuevas viviendas o nuevos casillos, dando como resultado una trama densa  de viviendas y calles estrechas. Esas nuevas construcciones  vivienda acogen en su interior cuadras y pajares.

A partir del siglo XIX  se hacen viviendas hacia las afueras, algunas siguiendo la tradición de casa con corral; otras casas se agrandan, con  tramadas de cabios (crujías) para ampliar sus instalaciones. 

Podemos observar en las dos imágenes, que son del mismo lugar, la evolución en la construcción. La de abajo se ha construido o restaurado en el siglo XXI, en pocos años. Sin embargo las casas de la foto de arriba pueden ser de hace cuatrocientos años, y posiblemente tampoco fueran así cuando se construyeron. La construcción es algo orgánico 

 


         

                       Los materiales para la construcción:

Tenemos en la toponimia muchos nombres que nos  indican de donde se sacaban los  materiales: la cantera, vallejo la Calera, la tejera, las adoberas, etc. Sabemos que hasta 1784 no se podía sacar piedra ni madera del monte Carrascal sin la autorización del alcalde de Calatañazor.  (Estas piedras son calizas miocenas de mala calidad para las construcciones aunque fueron  útiles para ellos).

 


La tierra se extraía de los terreros y de las adoberas. Se mezclada de tierra blanca y la tierra  roja  para “lodar”, asentar las tejas, etc.  También se mezclaba la tierra roja y la blanca para hacer adobes. Los adobes blancos, que son más porosos, se utilizaban para los interiores. Los adobes se hacían  con y sin paja, paja molida y paja en polvo. Se solían hacer en septiembre, siempre que no lloviera, (también  el tiempo de repasar los tejado). Decían que cuando no había trabajo, se hacían los adobes (hacer adobes es un trabajo penoso).


 Las maderas empleadas son la sabina y el pino que se traía de los pinares del norte. Los entramados  de ramas de sabina o vergaza, se utilizaban para setos, para muros superiores, cerramientos, chimeneas, etc. Estos entramados se  hacían con colodras (estacas) de enebro y ramas peladas de sabina, roble o vergaza y  se revocaban con barro. Las bardas de sabina también se empleaban para rematar los muros de adobe de los corrales o cercados. 

La cromatismo del pueblo se compone de   los colores de las marga blanca y gris de los adobes y revocados, de la tierra rojiza de adobes y trullados, de la piedra blanca impregnada de óxido de hierro, que da un color anaranjado, de la maderas de sabina envejecida, gris y descolorida y el rojo quemado de los tejados. Todo ello con la variedad de matices y gamas de colores  que procura el tiempo. Una belleza plástica especial que es preciso ver  e imaginar entre las casas nuevas construidas con materiales no vernáculos.

 Casa antigua típica:

La casa típica está formada básicamente  por una estructura de madera que soporta la cubierta, con un cerramiento de la planta baja en mampuesto de piedra y un  cerramiento de las partes  superiores con adobes o entramado de ramas peladas. El muro del piso superior es más estrecho que el inferior.


 La distribución tipo  sería: en el piso bajo, un zaguán o portal  que da paso a un comedor y de este a una o dos alcobas, cerradas con cortinas, a una cocina interior con chimenea tronco-cónica y las cuadras. Por una escalera de un tramo (con puerta) se accede a la parte superior, donde hay una o dos habitaciones, pajar que coincide con la cuadra y apartados (trujas)  con separación de muritos de adobe para separar los cereales. A la última planta se le llama cámbara o “cambarote”.

La estructura se realizaba  colocando los pilares (los postes de sabina escuadrados) en las esquinas. Asimismo se colocan los postes exteriores asentados sobre el cimiento donde marcaba la distancias de las crujías; los postes interiores iban sobre una piedra para evitar pudrimiento y que hacía de basa (Sobre la basa, que era más o menos cuadrada, se hacía un pequeño hueco que le llamaban botón). Estos pilares-poste se unían con vigas, unidas con clavos. Se hacía una sucesión de pórticos.

La parte superior seguía el mismo esquema,  pero con  paredes más delgadas. En el cerramiento, para sujetar los adobes,  se ponían  colondas y palos de arrastramiento inclinados.  A veces se hacían entramados de ramas que luego se trujaban con mucho barro. La techumbre, dependiendo del número de aguas que tuviera la casa,  se hacía coronar con una viga cumbrera o de caballete. De ella partían a los aleros los aguilones. Los cabios, “cabrios”, eran como  machones escuadrados en la base más gruesa. Cada piso se completaba con los machones que se apoyaban en las vigas, clavados a oído (inclinados) y  si eran cortos se rebajaba la madera, siempre que no afectase a la resistencia.

Se remataba la cubierta con teja árabe, raramente tejavana, doblada con cobijeras. Las tejas asentaban sobre un entablamento  de “cabrios” cubiertos de costeras, o palos rajados, para sujetar la paja o el barro donde apoyaban las tejas.

Los muros de mala piedra, o de buena,  en su interior se trullaban con revestimiento de barro. Este revoque también era para los adobes exteriores y los enramados.

Los vanos de las  ventanas eran pequeños y muchas ventanas tenían un pequeño ventanillo. Eran así para evitar el frio del invierno. Algunas ventanas tenían enrejado hechos en las fraguas de la zona.  Las puertas eran amplias para poder acceder  con los animales al portal y a la cuadra, sobre todo las mulas y meter los aperos de labranza, paja y productos de la recolección.

La puerta a la calle  era doble: la más externa era una especie de batipuerta que se abría el interior y era la que solía estar cerrada todo el día. La interior era de una pieza y se cerraba por la noche. La batipuerta y la puerta tenían gatera. Las puertas tanto de la calle como la de la cuadra tenían por  umbral  una viga de madera que impedía que entrase lluvia o basura. El de la cuadra era un marchapié.

La casa también cobijaba la cuadra par las vacas, bueyes o yunta de mulas o burros. Extrañamente para los cerdos, aunque yo los he visto comer en un camellón  de tronco de madera en el portal de algunas  casas. Normalmente los cerdos estaban en los “cortes” separados de las viviendas.

Los corrales delante o detrás de las casas, eran también gallinero, algunas como la casa de la “Tía Cristina" tenía los muros altos” más al estilo de las casas de Torreblacos.  (Quizás de reminiscencias godas o árabe)

 


La cocina merece una atención especial. Estaba en el centro de la vivienda con el fin de estar lo más protegido de los fríos. Se componía de una estancia cuadrada, con muros rectos en el primer piso, sobre la que apoyaba una chimenea tronco- cónica, como un cesto invertido. Este cono se hacía entrelazando ramas peladas de sabina en las colodras y rebozandolo todo de mucho barro.
Por el remate del tejado entraba la luz (y algo de agua). En el exterior
la chimenea se cerraba con un trípode de tabla, más o menos adornada, rematada con un tronco piramidal o de variadas formas, a veces en forma de bola. La chimenea exterior estaba rematada por trozos de teja puestas en plano, como si de escamas de pez se tratara. La cocina tenía uno cortaviento a la entrada. El hogar con su hallar quedaba en la pared contraria a la entrada. A ambos lados del fuego de ponían uno o dos escaños. La cocina solía tener un horno para hacer el pan, que la boquera daba al hogar del fuego. El mobiliario era mínimo, una alacena, unas baldas de madera, o unos huecos en la pared, y una pequeña fresquera con red.

Las calles solían estar empedradas en las partes que más arcilla había. Algunas no necesitaban pavimento, como la cuesta, porque había debajo roca madre, o cantitos desprendidos de los conglomerados. A partir del año 1959, se pavimentó la plaza, y la calle que iba de esta a la cuesta. La Diputación Provincial aportó 66.000 ptas. , desconociendo lo que aportó el Ayuntamiento. Se plantaron plataneros de indias para que hubiera sombras en verano y acompañaran al olmo centenario. Posteriormente se hizo la calle de la cuesta, que estaba de pena. La realizó Agapito Sanz y la verdad, que lo hizo muy bien. Años posteriores y tras meter el agua y hacer el alcantarillado, se fueron pavimentando todas las calles, haciendo en muchas, muros de contención y poniendo barandillas.  

Inauguración de la Plaza Mayor

En las  puertas de las casas y en los carasoles había poyos ( de piedra  o madera) para tomar el sol en las tardes de otoño o primavera, y si hacía bueno, algunas tardes de invierno. Las personas mayores tenían buenas conversaciones  sobre tiempos pasados y el tiempo que haría al día siguiente.

Las normas urbanísticas  municipales son de enero del 2000, y desconozco si a la fecha actual se han modificado, pues no están hechas al gusto de todos y dificultan la urbanización para aquellos que tengan iniciativa por construir.

Heraldo de Soria, 4/2/2000

 


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NOTAS ACLARATORIAS

   (1) De esas maneras dice Juan  Loperráez Corvalán, Pareja (Guadalajara) 29.VIII.1736 – Cuenca, 2.IX.1804,  historiador de la diócesis OX , que se llamaba Blacos . Eduardo Saavedra, ingeniero  y estudioso  de la calzada romana,  dice que era Calatañazor.

(2) Tenía accesos y un camino con dos puentes: Según el cura Ramón Bas i Martínez, arcipreste de Calatañazor, describió la zona  para el cartógrafo Tomás López (época de Carlos III), decía que el puente de Blacos era de piedra y el de Valdealvillo era de madera.

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                                        Pinto, 2 de mayo de 2022

                                        Serafín Pérez García

                                        serafin.perez.2014@gmail.com


 




















 


 


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