APUNTES DE POBLACIÓN SOBRE BLACOS (Parte 1) INTRODUCCIÓN Y LA POBLACIÓN HASTA FINALES DEL SIGLO XI

 







APUNTES DE POBLACIÓN SOBRE BLACOS (Parte 1)

INTRODUCCIÓN Y LA POBLACIÓN HASTA FINALES SIGLO XI”.

 

1.     INTRODUCIÓN

Esta serie de  artículos recogen  apuntes y creencias sobre  la evolución de la población de Blacos a lo largo del tiempo. Es una aproximación, entre otros motivos porque apenas si tenemos datos en algunas épocas y yo tampoco tengo formación para hacer un estudio riguroso.

Los censos antiguos de población  que existen  son de poca fiabilidad porque se  hacían para cobrar impuestos y eran amañados, poniendo menos personas,  para pagar menos.

Las fuentes más fiables sería en un principio los “libros sacramentales de la Iglesia”,  y a partir de 1850, los censos de población que enviaban los ayuntamientos,  y que yo he recogido del Instituto Nacional de Estadística (INE) como fuente.

De los libros de la Iglesia, me hubiera gustado ver los que hay en el Archivo Diocesano, pero la situación Covi no lo ha permitido. Me hubiera gustado consultar el libro de bautizos y sobre todo  el “status animarun” (libro de matrícula) donde se recogía el listado de los que que habían confesado y comulgado por pascua (excluyento a niños e impedidos). Es fiable este libro porque todos confesaban bajo miedo a la excomunión o ir al infierno. Solía ser práctica, llevar un huevo par el cura. (1).

Los padrones de la iglesia son más fiables que los de los ayuntamientos hasta la mitad del siglo XIX.

Los factores que afectan a la población  una vez que el pueblo está consolidado, tras la repoblación, es que haya mucha natalidad y poca mortalidad. Las hambrunas y las epidemias, que eran frecuentes diezmaban la población.

Quiero destacar y me gustaría estudiar el siglo XVIII, que posiblemente sea el mejor que haya tenido el pueblo. Lástima que no tengamos datos en el archivo del Ayuntamiento.

Este documento se irá modificando aunque esté publicado y se irán añadiendo fotos. Entiendo que el tema sea un poco áspero para el lector, pero mi intención es que queden apuntes con datos y algunos comentarios.

Hemos divido en  cuatro partes:

1.                Introducción y la población hasta finales siglo XI.

2.               De la repoblación de los reinos cristianos medievales al siglo XVIII

3.               Población del siglo XVIII

4.               Los dos últimos siglos.

 

Alto de la Mercadera. Al norte se encontraría la necrópolis celtibérica. Imagen de Internet.

2. DE LOS PRIMEROS POBLADORES HASTA LA REPOBLACIÓN CRISTIANA MEDIEVAL.

 

Creo que el territorio ha estado siempre poblado, con más o menos habitantes, y que en algunas larga o corta temporada se mantuvo deshabitado como pudo ser el desplazamiento de la población hacia el norte entre  los siglos VIII  y XI.

Población prehistórica  ha habido en la zona, que se tiene probado al menos por los hallazgos de la cueva La Maja, pero posiblemente hay otros abrigos que pudieron ser habitados.

De los celtiberos, hacia el siglo IV ac, al menos hay enterramientos importantes y estudiados en La Mercadera (las tumbas eran de hombres y mujeres con armas, lo que significaba poder económico. Supongo que habría otros para los que no morían en batalla, etc.) y mantengo la creencia de hubo asentamientos, no continuos, en la zona, y por supuesto en el cerro de “Belakos”. El cerro tenía características para  hacer corrales y refugios del ganado. Era una zona saneada,  rodeada de una vega semipantanosa, como se puede comprobar  ahora por los meandros del Rio Milanos y los sedimentos de fondo orgánico de la ribera. Tenía el inconveniente de las dificultad de vadear los ríos en las crecidas. Esta población era escasa, aislada y atrasada en su tiempo respecto a los iberos del este. La esperanza de vida de estas personas era de 30  años. (2)

De la romanización  es claro de que ha habido en el municipio granjas, sobre todo en el Bajo Imperio. Estas explotaciones, latifundistas, estaban atendidas por personas vinculadas a la tierra. Esta vinculación se mantendría en siglos posteriores bien por vinculación propiamente dicha o como consecuencia de  los censos de propiedad de la tierra, hasta finales del siglo XIX.

Esta población, romanizada, mantenía  nombres de personas celtibéricos o de otros orígenes como pueden ser los vascones. Nosotros no tenemos pruebas, pero sabemos que fue así. Suponemos que todo continuó igual con los visigodos, hasta el siglo VIII. Se ha escrito mucho de que hacia la mitad de este siglo, la diócesis y su población se trasladó hacia tierras del norte Cantabria y Burgos, por presión de los árabes.


    Modelo de explotación por grupo familiar hispanovisigodo.
Fuente: M. Arqueológico de Alcalá de Henares


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(1)    Los libros de defunciones no eran obligatorios salvo si había testamento a favor de la iglesia, bajo la asignación en el asiento de “mando lo siguiente”; que solían dejar algo para rezos. Cuando alguien moría lo primero que había que hacer era llevar el testamento al cura por si  dejaba algo a la iglesia

 

(2)     En el siglo IV ac. se crean nuevos asentamientos mostrando preferencia por ocupar cerros destacados de las amplias llanuras, coincidiendo con suelos pardos, aptos para la agricultura de secano La opción por zonas agrícolas se refleja por asentamientos próximos a curso de agua, en valles fluviales, buscando la complementariedad de tierras de fondo con los páramos para el ganado y recursos forestales de ribera, de encinares, pinos y sabinas. (Alfredo Jimeno Martínez)

Blas Taracena (1932) dice que no hay restos de poblaciones porque las chozas se hicieran  de madera, y fueran poblaciones errantes.

 


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Pinto a 2 de febrero de 2021

serafin.perez.2014@gmail.com





EL SANTO - MONTE SAN MIGUEL

 








MONTE DEL SANTO- MONTE SAN MIGUEL

El monte del Santo, que así se llama en Blacos y yo llamo San Miguel, está a poco más de tres Km de la población y en la cota de 1100 metros, cien metros más elevado que el pueblo. Es un montículo de roca calcárea, rodeado de tierras areniscas y arcillosas.

el monte del Santo y la ermita en blanco se ve al fondo


Me hubiera guastado sacar información del archivo diocesano, pero el maldito Covi, no lo ha permitido. Saber por ejemplo cuando fue consagrada y la fecha de erección; si lo fue por mano del hombre o por el mismísimo  San Miguel,  como ocurrió con la de Gargamo, en Italia.

Este montículo es un buen punto de observación, desde el que se divisan preciosos paisajes, de montañas y penillanuras. Para mí es un lugar muy bonito y especial.

Existe en la actualidad una ermita-capilla, de nueva construcción que sustituyó a otra, en estado ruinoso, de mampostería  de piedra tosca y mal enlucida que tenía las paredes torcidas. Posiblemente aquellas piedras estuvieran anteriormente para ritos paganos, o rituales primitivos. El lugar cuenta con un vórtice (punto de energía o vibración) mediano dentro de la capilla,  que se puede comprobar porque se está a gusto;  la mesa del monte es de baja energía por lo que  no es un lugar agradable para estar mucho tiempo (exceptuando el día de la romería).

Esta ermita, a mi parecer, y sin datos todavía, es antigua y podría ser anterior al siglo XVII. Sabemos que ya existía en siglos posteriores y ha tenido cofradía propia de la que desconocemos la regulación. Además sospecho que la iglesia mayor de Blacos se llamase primariamente San Miguel y por razones trientinas se cambiara el nombre por el de la Visitación de la Virgen y después por la de Nuestra Señora la Mayor.

El lugar donde se ubicó la ermita no es baladí. Está muy calculado. Veamos: el arcángel San Miguel se apareció en el monte Gargano, en el sur de Italia, un ocho de mayo, en una cueva donde brotó agua sanadora. Nuestro monte del Santo reúne cualidades, veamos: está a buena altura de donde se puede observar mucho espacio al que hay que proteger (San Miguel es un santo protector de los campos), y hay muchas en las cercanías cuevas en simas y torcas, muchas cerradas, para proteger los ganados. Las cuevas, míticamente,  son las entradas del infierno y el arcángel San Miguel era el encargado de vigilarlas para  no dejar salir a los demonios.

Nuestro “Santo” también cuenta con una fuente, que no es la  “stilla” de la cueva de Gargano, y de la que no conocemos poderes sanadores, salvo la de apagar la sed, agua un tanto dura  pero muy fría.

San Miguel es un arcángel ejecutor, guerrero, vestido de soldado de la época, jefe de milicia,  que combate al diablo que representa el mal (la verdad es que luchó contra un dragón que se devoraba una mujer embarazada, según el Apocalipsis). Es protector de personas, espacios, de nublados, por lo tanto de los agricultores.

La imagen de San Miguel, recién restaurado, es una talla tosca, copia de copia, manierista, que tiene una cara intencionadamente ambigua, ni  de niño, ni de mayor, ni de bueno ni de malo, con dos braquialitas.  A sus pies un negro demonio, salido de la humareda y oscuridad del infierno, esta preso  con unas cadenas y a punto de ser partido por la espada que sujeta en alto. El altar es solo cajón rematado en arco, decorado con cortinones, casi borrados, de los colores que representan al arcángel: el azul del optimismo (del que se siente protegido).


Desconozco los ritos que ha habido y las costumbres a lo largo del tiempo. Sabemos del siglo pasado que los hombres y los niños iban de romería, se tomaban una tortilla, echaban unos tragos de vino y, sin demora, cada uno con su pena o alegría volvía al pueblo. Lo de ir mujeres y las nuevas celebraciones  las conocemos todos.

 

La celebración del “Santo” se solapa con otros ritos para la protección y la bendición de los campos. Son  fechas cercanas la de  san Marcos, las Cruces de Mayo y las fiestas  mayas (desconozco  el origen de la fiesta del dos de mayo que antes se celebraba). Sabemos que por todo el término había multitud de cruces, además de las del calvario, todas con carácter protector, y desde las que se podían bendecir los campos cuando fuera preciso. Hay topónimos como la cruz de los Cantos, etc. Los pastores  hacían majanos sobre las que se colocaban cruces, como las que  hacía el demente que se narra en el juicio de la “media y el carrascal” de este blog. La bendición era de este a oeste de norte a sur, con hisopo y agua bendita, y a veces con incienso. Era costumbre, una vez bendecidos, llevarse a una ramita de cualquier arbusto y colocarla como protección en algún lugar de la casa.

Yo siempre he visto un poco de desconfianza hacia el “Santo”. La gente no ha visto demasiada protección en el arcángel en lo relativo a las sequias, nublados, pedriscos,…etc. Aunque siempre había esperanza.

Dos años estaremos sin la romería por el Covi. Una pena porque es una romería divertida. Siempre asisto porque me parece genuina, se  come bien,  se bebe y se canta el “para ser de esta sociedad”, nos juntamos muchos amigos y nos bebemos muchas “San Miguel” fresquitas. Es una buena fiesta. No sabemos si salimos protegidos, pero bajamos del monte con mucha energía. 

Me gustaría que alguien me recordase aquella canción que he olvidado de “San Miguel, San Miguelito,…”

Os animo a conocer la romería y a los veteranos desearos salud para no faltar ningún año

“Quis es Deus” (Nadie como Dios) Lema del santo.

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Pinto, 8 marzo de 2021

serafin.perez.2014@gmail.com